Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

All apologies

domingo, 10 de junio de 2012 by Chio Eme
Esto es algo que escribí hace ya, quizá, unos tres o cuatro meses. No sé por qué quiero publicarlo ahora, ni por qué aquí, ni por qué no antes. Supongo que, de alguna manera, va dirigido a mucha gente, por desgracia a demasiada, y me gustaría pensar que puede que quizá así les llegue. Que se dé por aludido todo el que quiera. Mis disculpas por adelantado (cualquiera que me conozca un poco o me haya leído alguna vez, se habrá dado cuenta fácilmente de que no paso de ser un desastre, así que, por un lado, siempre me resguardaré en el '¿de qué te sorprendes?' y, por otro, siempre llevaré colgado el cartel de 'en construcción...').

Hoy les pediría perdón a todas esas personas que, en algún momento de mi camino, se sentaron a esperarme en un banco con un gran paquete de regaliz en la mano, para contemplar poco después, espantadas, cómo yo decidía pasar de largo.
A todas esas personas: creedme, empiezo a darme cuenta de la cantidad de '¿y si...?'s y de arrepentimientos que llevo a rastras. No estaba preparada para dejar de andar; creía que no lo estaba o, como alcanzo a ver ahora, creía que existía una bombilla que se te encendía para indicarte que ya lo estabas, algo así como una especie de testigo automático. Y no existe. No creo tan siquiera que exista tal cosa como 'estar preparados'.
Nadie nace porque esté preparado para vivir, al contrario; nacemos más vulnerables de lo que jamás volveremos a estar, ¿no debería eso ser un gran alivio? Quitado el nacimiento, nuestra vulnerabilidad está hecha a prueba de balas. De modo que no existe un 'estar preparados', sino un 'estar dispuestos a poner nuestra vulnerabilidad a prueba'.
A todas esas personas: yo quería sentarme en ese banco, me gustaba lo que ofrecía. Pero, tristemente, no estaba dispuesta a sacarme a pasear a mí misma. Seguir andando es cómodo, lo difícil es pasear. Seguir andando es seguro: proporciona tiempo. Porque yo pensaba que necesitaba ese tiempo para amoldarme, modelarme, inventarme y, quién sabe por qué, normalizarme. Estaba convencida de que un día me levantaría y me diría: '¡qué bien, qué normal soy! No hay nada de lo que avergonzarse'.
A todas esas personas: al pasar de largo no os rehuía, huía de mí misma; esperaba dar con una versión mejorada de mí, una versión con testigo automático, una versión perfectamente capaz de ser persona, porque creía que cuando me sentara lo haría para por fin empezar a serlo. Y, sin embargo, era en el camino donde estaban todas esas versiones normalizadas y vulgarizadas convencionalmente, y qué incómodos son sus bancos, oye. Son bancos de mentira, pura parte de la escenografía: muy correctos y 'delmonton'izados.
A todas esas personas: espero no haber perdido la oportunidad de sentarme con vosotras. Creía que podía arreglarme para ofrecer algo mejor, pero pasado el tiempo me he dado cuenta de que todo lo que fui es todo lo que soy, con lo que vine ayer es con lo que me voy hoy.
Posted in | 0 Comments »

ADD THE SLIDER CODE HERE