Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

El espejo de Oesed

miércoles, 29 de diciembre de 2010 by Chio Eme
El mundo es mundo, nos guste o no; no va a cambiar de sitio, ni a desaparecer de un instante a otro. Tampoco va a mutar repentinamente, aunque sí, como ha venido haciendo desde sus orígenes, lo hará a la larga. Y esto es lo que hay, y lo juzgas sin haberte recorrido cada una de sus millones de esquinas, que no las cuatro que tan repetidas tienes. Y sueñas con otro mundo que, en realidad, no es muy distinto del que te rodea. No es ése tu mundo, sino éste. El que palpas, el que respiras cada mañana con dificultad, pues tus sábanas son expertas en cortarte el aire y sumergirte en esa peligrosa atmósfera que te has creado y de la que te cuesta salir. Algunos no lo entienden; pero a los rincones de tu atmósfera les falta magia. Y cuando un caracol vive tanto tiempo dentro de su concha, cree que no hay más mundo que ése. Del mismo modo, crees que también el mundo externo, el que no quieres, carece de magia. 
No se trata de magia en el sentido más estricto de la palabra, de la irreal y de película. Se trata de la magia más puramente infantil e inocente. De la de los niños, que tan bien han aprendido a hacer convivir su mundo interno con el real. Que viven tanto en un mundo como en otro, que no aborrecen ninguno de los dos, que ni siquiera son conscientes de que puedan existir estos dos mundos, si es que así es. Los niños, que, por encima de todo, creen. Creen que todo es posible, tienen especial intuición para poder palpar con algún sexto sentido la parte especial o mágica de la vida; la que dota a los cuerpos de movimiento. Supongo que algunos somos juguetes que hace tiempo que no son usados, que no nos toca o roza la magia que los niños dan a sus muñecos para que estos puedan jugar con ellos. 
Y me pregunto si se podrá recuperar esa magia de la que tan deliberadamente nos hemos desentendido; como si no la necesitásemos, como si fueran cosas de críos, como si no lo fuéramos ya nosotros... Y me pregunto dónde estará, si en nuestro mundo, del que la hemos desterrado, o en el interno. Hay sabiduría en los niños y en sus cosas: dejémonos enseñar, aprendamos esa simbiosis que concilia y pone en comunión nuestros dos mundos y los vuelve uno sólo, tocado y ligeramente impregnado de cierta magia.

—Nos muestra lo que queremos... lo que sea que queramos...
—Sí y no —dijo con calma Dumbledore—. Nos muestra ni más ni menos que el más profundo y desesperado deseo de nuestro corazón. Para ti, que nunca conociste a tu familia, verlos rodeándote. Ronald Weasley, que siempre ha sido sobrepasado por sus hermanos, se ve solo y el mejor de todos ellos. Sin embargo, este espejo no nos dará conocimiento o verdad. Hay hombres que se han consumido ante esto, fascinados por lo que han visto. O han enloquecido, al no saber si lo que muestra es real o siquiera posible.
Continuó:
—El espejo será llevado a una nueva casa mañana, Harry, y te pido que no lo busques otra vez. Y si alguna vez te cruzas con él, deberás estar preparado. No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo. Ahora ¿por qué no te pones de nuevo esa magnífica capa y te vas a la cama?
Posted in Etiquetas: , | 3 Comments »

Sandía.

domingo, 26 de diciembre de 2010 by Chio Eme
Imagina tener manos y no saber dónde meterlas. A mí me pasa; voy andando por la calle y me siento desnuda si no tengo bolsillos donde llevarlas. Imagina tener pies y no saber cómo hacerlos andar. Tener ojos y no saber cómo abrirlos para ver. Imagina tener todos los órganos de los sentidos en sus óptimas condiciones para desarrollarse pero, sencillamente, no poder hacerlo. Imagina tener toda la materia frente a ti, lista para modelarse, pero percatarte de que ha debido cometerse un error, pues tú no eres ningún demiurgo. No sabes por qué está ahí, qué debes hacer con ella; no tienen esa gracia tus manos. Muchos te dirán: pues improvisa. Ya. Se ve que a todos nos gusta eso de improvisar. Que, realmente, cuando uno no sabe que hacer con su masa, es la mejor alternativa.
Pero imagina tener mejor suerte: ser un demiurgo que, realmente, anhela ser, por ejemplo, materia. Seguro que sus anhelos poseen la suficiente fuerza y es tal la ilusión que le invade, que ya tiene un motivo lo suficientemente poderoso como para luchar por ser materia. Yo a veces lo veo así; como si todos naciéramos desde una posición distinta, o igual: demiurgos, materia, barro, arcilla... y desde ahí, cada cual, pudiera estar conforme con lo que le va tocando, o tuviera la opción de elegir, o pudiera cambiar su pan por una sandía. El caso es querer; tener algo que te motive, una razón por la que querer ser una cosa y no otra, o una razón simplemente para ser, aprovechar el hecho de ser e improvisar, en caso de que no se te ocurra nada mejor que hacer. Pero, siempre hay un margen de error, ¿no? El famoso 0'000007% responsable de resultados no deseados. ¿Y si eres demiurgo, y no tienes ganas de serlo, pero tampoco tienes ganas de ser cualquier otra cosa? ¿Y si tampoco le ves sentido a improvisar? 
En fin por estaciones se mueve el mundo.
Posted in Etiquetas: | 3 Comments »

Cook Spunks

viernes, 24 de diciembre de 2010 by Chio Eme
Soy sólo un niño, no tengo sentido, no me lo intentes buscar. No creas que me importa porque no sé lo que es importar. No me busques explicación, pues créeme, no la tengo. Si de animales se tratase, yo les ganaría en instintos. ¿Por qué iba a estar mal guiarse por ellos? No, no lo intentes, no creas que por fin has dado con el quid de la cuestión. Es mucho más complejo que todo eso.
Aspiro, siento, espiro y me siento vivo. Corro, grito, salto y soy el móvil, pero también la ley que rige ese movimiento. ¿No ves que huyo de mí mismo? Aquí, encerrado en este cuerpo, y después, ¿qué? No estoy seguro de que haya un después, y creo que tú tampoco. Nadie puede estarlo pero, ¿y mientras? ¿Cómo somos de necesarias las personas unas para otras? ¿Será ésa la gran tragedia del ser humano que a todos acontece y que todos nos empeñamos en esconder? Necesidad, o no, llámalo sentido; cierra una ventana, abre otra... el caso es ventilarse. ¿No te sientes, de pronto, más aliviado? Es humano perderse, no encontrarse, no encontrar ese sentido. Y ver cómo el resto de las personas que te rodean se comportan como si sí lo poseyeran. ¿Lo poseerán de verdad? ¿Puede uno no perderse en sus misterios, contradicciones, confusiones... o en los ajenos? Naturalmente puede salir de ellos, pero la única forma de hacerlo es afrontándolos, no dándoles la espalda y fingiendo no haberse percatado de ellos. Es tiempo de luchar, una vez más, contra el caos. Porque esto es lo que hay; déjate llevar por él y estarás perdido, combátelo y sacarás el desastre que hay dentro de ti.
Posted in Etiquetas: | 1 Comment »

Sensaciones difusas

lunes, 13 de diciembre de 2010 by Chio Eme
No digas nada; estoy lista. Lista para acariciar palabras, robar susurros y dejar que el frío se clave en mi piel, como si fuésemos uno, piel y escudo. Lista para dar un salto al vacío y abrir al máximo la boca para llenar mis pulmones de aire, hasta que estén tan borrachos de él que se sientan explotar, irradiar tantísimo viento. Lista para apagar la voz en off, dejar los papeles en blanco y escribir con una brocha y azul metálico. Lista para convertir lo asbtracto en real y dejar lo real en el aire, para que actúe como veleta de todos mis movimientos. ¿Quieres bailar? Avancemos por la vida dando pasos de baile, al son de nuestros latidos para olvidarnos por fin, por siempre y porque sí, del obligado y pesado caminar, que sólo contribuye a crearnos esa sensación de que haya un camino que recorrer, un obligatorio destino. Deja esa frase a medias.
Y cambiar por fin de abrigo, guardar en el armario para siempre el abrigo oscuro que denota la templanza de quien ha visto atardecer la madurez de sus días y la melancolía de su memoria; una memoria engañosa, traicionera, que quiere hacernos añorar aquello que nunca poseímos. Abandonemos este peligroso mundo de los sueños, para volver al real y afrontar la impotencia de no saber cómo ni por qué lo habitamos.
No tenemos más incentivo que nosotros mismos, nada a lo que agarrarnos excepto a nuestra propia carne, que se estremece bajo la fuerza con que desesperadamente nos aferramos a ella. 
No te abrumes, pon tus problemas en orden. Comienza una acuarela con ellos y tíñela de colores que nadie perciba para que nadie juzgue tu manera de afrontarlos. No aceptes más sugerencias, renacerán tus ganas de vivir.
Posted in Etiquetas: , | 6 Comments »

ADD THE SLIDER CODE HERE