Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

Tocando madera

sábado, 28 de agosto de 2010 by Chio Eme
No sé avanzar de otra manera que no sea ésta; a trompicones, a pequeños saltos y pequeños tropiezos. Pero no me gusta dar marcha atrás, debo confesar que eso es algo que detesto, enormemente además. Odio desandar lo andado, encontrarte de repente a ti mismo cometiendo los errores que ya pagaste en su momento, o teniendo sensaciones ya experimentadas y poco agradables...
Pero qué puedo decir... siempre hay algo de nuevo en lo antiguo, o muchas veces lo antiguo se convierte en moderno una y otra vez. Cosas que olvidaste se ponen de moda y, de pronto, cuando tú crees que has avanzado, resulta que ahora estás un poquito anticuado. Esto me hace pensar en el peligro subyacente en tirar lo viejo o, dicho con otras palabras, hacer limpieza.
En mi caso, limpieza mental, que no de armario. Encuentro emociones, o sensaciones, o sentimientos... ya no sé ni cómo calificarlas. Pero el caso es, que las encuentro, las tuyas y las mías, y las de él, y las de aquél, y las de muchas y muchas más personas. Y luego, en un cara a cara con su alma, así de imprevisto, siento que pierden todo su encanto. Como cuando recuerdas a alguien con un enorme cariño y al verlo después de tanto tiempo no te corresponde con la misma efusividad. Pues esto es lo mismo. La cosa siempre va de sensaciones sí/no correspondidas.
Ya no sé lo que el tiempo se dedica a hacer conmigo... cada vez me abstraigo más y, a la vez, menos. Y cada vez el tiempo me sorprende más a menudo piyándome con las manos en la masa o con las manos más vacías y desocupadas.
Ya no sé expresarme; nunca me ha gustado escribir sinsentidos y aquí estoy de nuevo, pero... no sé hacerlo de otra forma. No sé avanzar de otro modo. No me preocupa el poner luz, claridad y agua en mi cabeza; de hecho, me da bastante igual.
Me da igual que no me entiendas; yo tampoco te he entendido nunca a ti, y mira que me he esforzado. No me duele, no es un corte, es más bien un calambre. Y todos sabemos que los calambres no duran más que unos segundos, así que... si la cosa sigue así, siempre podré pensar que tuviste tus segundos de gloria, porque de eso parece que nunca pasará la cosa. No parece querer avanzar, ni a saltos, ni a trompicones, ni a... No hay manera.
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2 comentarios:

Carmen Hinojosa dijo...

Pues, yo te he entendido, y a mí me gusta. Sabes que yo soy muy de "sin sentidos" :)
Eres increíble con un lapiz en mano.
Lapiz-tecla :D

Carmen Hinojosa dijo...

Por favor, eres de las pocas personas empáticas que conozco...Ese blog no iba por ti :) :)
Es obvio ^^

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