Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

Mirrorball

miércoles, 1 de septiembre de 2010 by Chio Eme
Admitámoslo: a veces nos pueden las ganas. Y hacemos cosas de las que van contra nuestros "principios". Son cosas que pasan, cosas de la edad, cosas humanas. Pero esto no es más que una excusa, sí, ¿mal de muchos consuelo de tontos? Sinceramente, considero que el que a todos nos pasen no hace que dejen de significar lo mismo.
Quiero que mis acciones y mis actos no estén guiados por otra cosa que no sean mis sentimientos; de lo contrario no los quiero, pues no aportan otra cosa que sentirme vacía. Un enorme vacío. Necesito que mis pasos tengan un sentido, un significado, porque admitámoslo también: de lo contrario no los disfruto. No soy capaz de sentirme agusto con ellos ni conmigo misma. He comprendido el peso de los principios que siempre había sustentado como emanación natural de mi mente; antes no los entendía, los sostenía porque me parecían correctos, pero no porque los quisiera realmente. Ahora son mi elección, y no quiero que sea de otra forma.
No somos muñecos hinchables de usar y tirar. No quiero serlo. He tenido un tiempo de pensar que dejarse llevar y vivir el momento lo eran todo, y cuando no lo hacía entraba en una profunda frustración conmigo misma. A lo hecho pecho, desde luego, y lo que haya aportado como experiencia ahí se queda. Pero no puedo evitar sentir que me la haya jugado a mí misma, porque no entendía realmente lo que quería, lo que necesitaba o lo que me exigía. Ya he cumplido mis exigencias, y no he estado a la altura, ¿y qué? Ahora sólo quiero estar a la altura de la persona que quiero ser y que, espero, no diste mucho de la que soy ahora mismo.
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2 comentarios:

The indian runner dijo...

Y ante esto, cabe preguntar; ¿Pueden actos guiados por sentimientos causar un vacío mayor o similar al mencionado en tu reflexión?.
Para encontrar una respuesta certera hemos de aprender, en este arduo e irregular camino que supone nuestra maduración personal, a diferenciar aquellos sentimientos aparentemente correctos de los que realmente lo son. Es decir, sin intención de clasificar sentimientos (ya que sería numerar lo innumerable), es objetivamente cierto que los hay más o menos oportunos; El odio, la ira o la venganza nos ciegan conduciéndonos a reacciones equivocadas (en relación con lo que realmente sentimos)e incluso las diversas situaciones (estrés, tensión, excitación, etc...) en las que nos encontramos a lo largo del tiempo también distorsionan nuestra percepción de la realidad ofreciéndonos sentimientos aparentemente tranquilizadores, pero falsos.
Es,por tanto, igualmente oportuno (según mi punto de vista) saber abrirse cual caja de pandora ante la vida, como mostrar selectivamente aquello que sentimos, en favor del momento.
En cuanto a los principios, tus utópicos ideales me fascinan y me hacen sentir realmente identificado. Me pregunto si a ti, igual que a mi, no te invade de vez en cuando una cierta sensación de desasosiego e impotencia al ver nuestra futura existencia (trabajo, vida burocrática, etc...) abocada al más profundo olvido de los principios (como bien profetizó el gran Groucho Marx " Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros principios"), por los que tiempo atrás algunos llegaron incluso a dar su vida.
Me gusta mucho como escribes, espero ilusionado tu siguiente entrada.Tengo ganas de leerte y que me leas.
Un beso enorme.
Vic.

Carmen Hinojosa dijo...

Como se lo curra Victor!!!!
Me dejas pensando, solo te digo, yo estoy orgullosa de mi Chío.

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