Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

My satellite

domingo, 17 de octubre de 2010 by Chio Eme
¿Qué te tiene tan cohibido? Respiras y me aspiras, como si yo fuese una sustancia volátil que pudiese fácilmente colarse por tu nariz. Como si yo pudiese, en caso de colarme, producirte una fuerte reacción alérgica.
Te levantas y te marchas, desapareces tras colocarte la ropa, ésa misma que luego dejas tirada por cualquier parte. Hace tiempo que compraste los billetes del avión que querías coger, pero no te atreves a subir sin saber quién será tu compañero de asiento o sin tener total certeza de que existirá uno.
No lo puedes creer, no, que haya días que no tengas ganas de hacer absolutamente nada. ¿Mereces vivir la vida que tienes? ¿La valoras? Tú sigues simple y llanamente esperando, dándole al pause cada vez que empieza a reproducirse sola tu canción.
¿Eres lo que pienso que eres? Esa estrella, ¿viene? ¿vuela hacia algún punto? Esperas que sí, que rompa de una vez por todas sus esquemas y se atreva a abandonar su órbita para aterrizar a tu lado. O quizá esa estrella siempre ha estado un poco fuera de tu alcance. Qué más da, tú no puedes evitar sentirla tuya.
Necesitas una órbita, no el lugar determinado al que te conduzca, sino la órbita en sí. Sabes muy bien a dónde quieres que te lleve, pero quién sabe si lo hará. Respiras una vez más y sueltas todo el odio que llevas por dentro al espirar. No lo quieres dentro de ti, sólo consigue volverte un poco más gris de lo que ya de por sí eres de nacimiento. Y estás harto de sentirte gris, de no saber si realmente lo eres, de no saber si hay más colores aparte de ése.
Hay días que te conformas tan sólo con girar, con los ojos cerrados para poder disfrutar mejor el momento. Y así, sencillamente, eres feliz. Girando. Siendo capaz de dejar las tonterías que te preocupan a un lado y permitiendo que por la nariz sólo te entren buenos aromas, dejándote ayudar por otros para saber a cuáles no dejar pasar.
Pero otros días no comprendes el sentido de girar sin un algo/alguien que dirija tus movimientos. Y no escuchas la melodía; por más que lo intentas, todo lo que escuchas es ruido. Sintonízame, sintonízate a ti mismo. A veces las interferencias te hacen dar con una emisora inesperada. Pero casi nunca la encuentras cuando pones todo tu empeño en buscarla. Cuestión de probabilidades; colócate en el lado de la balanza que quieras, desequilíbrala y pierde. Pero ten las agallas de colocarte en alguno de los lados. Fracasa, cae, pierde, avergüénzate, pide disculpas, vuelve a levantarte y vuelve a caer. Al final tan sólo se trata de eso. De levantarte siendo consciente de que en algún momento caerás, y de caerte teniendo muy presente que serás capaz de levantarte. Ponle picante, pasión, guindillas a lo que cocinas si lo que quieres es que te salga un plato picante. De lo contrario, no sabrá a nada.
Posted in Etiquetas: , | 1 Comment »

1 comentarios:

Víctor dijo...

Me he sentido "extrañamente" identificado. Recuerdo que una vez, hace bastante tiempo, un amigo muy listo me dijo que yo estaba esperando a que algo grande pasara en mi existencia, pero yo no ponía nada de mi parte, simplemente "esperaba". Esperaba que ocurriera algo grande para que le diera algo de "sabor" a mi vida, como tú dices. Eso era antes, ahora ya por suerte no lo hago. Todos los días se te abren muchas puertas, si quieres entrar pues entras. Estas puertas no son muy “grandes”; son situaciones cotidianas pero de las que puedes obtener mucho. Sé que no me estoy explicando así que, como suele pasar en estos casos, pondré un ejemplo XD. Todos los días me levanto y voy a la facultad. No tiene nada de especial, es algo normal. Yo antes iba a la facultad imaginando que algún día, con suerte, conocería al mejor amigo de mi vida de pronto, o que encontraría a la mujer de mis sueños allí esperándome con los brazos abiertos. Ideas muy irracionales, muy súbitas, muy de película americana. Ahora voy a la facultad, entro en la clase y veo a un montón de personas que no conozco, pero que seguro que tienen algo que aportar a mi vida. Como he dicho antes, las puertas están abiertas, si yo quiero acercarme algún día pues me acerco, conozco a la persona en cuestión y tal vez se convierta en un buen compañero de clase. Con un poco de suerte se convierta en un buen amigo. Si es mujer, y con más suerte si cabe, tal vez se convierta en algo más que una amiga. Como poco será un “conocido más”, y eso tampoco está mal.
Las “estrellas”, o los acontecimientos increíbles, o como quieras llamarlo, no se dan; al menos con mucha frecuencia. Pero no por eso no hay que dejar de entrar a todas las puertas, algunas tal vez escondan grandes tesoros.
Esto es lo he sacado de tu entrada, seguro que querías decir algo totalmente distinto pero yo siempre le doy a todo un enfoque psicológico, como ya viste en mi último post. XD
Otra magnífica entrada Chio, sigue así.
Un saludo! y cuando te leas “El guardián entre el centeno” me cuentas tu opinión, por favor.^^

Publicar un comentario

ADD THE SLIDER CODE HERE