Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

Crónica de una muerte anunciada

lunes, 1 de noviembre de 2010 by Chio Eme
Somos como el aire, ¿me entiendes? Sólo lo notas cuando corres y aceleras tus latidos. Pero hoy vengo a decirte algo, no eso. El caos sólo me gobierna cuando en mí tan sólo hay nada. Hoy, por fin, hay algo. Llevo tanto tiempo sintiéndome vacía que ya ni recordaba lo que eran los nervios.
Me gusta pensar que existen ciertas conexiones entre la gente intangibles al tacto humano e invisibles a nuestra siempre reacia y escéptica cordura. No tengo mayor sueño que lograr encontrar esos hilos en todas y cada una de las personas que me rodean, que encontrar el cordón maestro que aune y me dé acceso a todas las demás fibras secundarias, aunque no por ello menos importantes; sueño con conocer e interiorizar las corrientes eléctricas que transmitan dichas fibras, sus impulsos. Sueño con conocer tan bien los puntos ajenos que se unan a los míos que llegue a saber exactamente dónde tocar para provocarte un calambre, para robarte un par de alientos, para que tengas que acordarte de que tienes que respirar y yo, más ambiciosa que nunca, quiero dar con sus coordenadas de manera puramente espontánea, casual, como si fuese el destino, en caso de existir, el que nos hubiese empujado a eso, el que me las hubiese chivado en un gesto de amabilidad. Sueño con que ese destino del que el mundo habla nos guiñe el ojo, al menos, dos veces. Una a mí y otra a ti, para que su fuerza nos llegue a ambos.
Quiero jugar. A unir y a separar hilos. A dificultar el flujo de la corriente por determinados hilos para que aumente el misterio, la tensión, la locura. Quiero enloquecer, estoy harta de esta sobriedad de los instintos animales. Quiero no parar, nunca, de sentir la marea avisándome de que coloque la bandera roja. Hoy no le pido más a la vida, pues hoy, por decirlo así, todo me parece más impregnado de su habitualmente inalcanzable sentido. Y todo radica en el agujero de ese diafragma, ése, y no otro. Ése que apenas desempeña bien su función, pues sólo intuyo un ser totalmente lleno de luz y de brillo, y no quiero algo mate, no, quiero toda esa luz. Porque se me contagia, se instala sin permiso por algún recoquevo de mi cuerpo.
Y ahora, somos como la luz, ¿me sigues? Cuando brilla con tanta fuerza no podemos evitar sentirla ni aunque cerremos los ojos.
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5 comentarios:

El buscador del rol dijo...

Me alegra verte escribir algo así. Aunque me deja algo confuso, creo que no he logrado entenderlo del todo...ya indagaré para saber de qué se trata =)

Lams dijo...

la vida tiene que ser emocionante, déjate llevar =]

Carmen Hinojosa dijo...

Yo también me siento ocnfuso en el sentido de que no sé si es un día de los que amaneces así o me he perdido un capitulito el caso es que me encanta omo texto y como no, que sea de ti, que digas esto, porque me contagio de tu luz.

jude dijo...

a veces sentimos en nustro interior cosas a las que no se le pueden dar una explicación concreta, pq llegan a ti, y se instalan y se mudan contigo para un tiempo, a veces indefinido y otras no..
es bonito poder sentir esa locura de la q hablas, pq yo de mnera parecida tb Quiero enloquecer, estoy harta de esta sobriedad de los instintos animales...estar apagada no sirve de nada, y las cosas inexplicables son científicamente no científicas y maravillosas..creo q entiendo de alguna mnera qué quieres decir, pro sabes lo q me gusta d esto q has escrito, q a la vez de ser tan clara dejas q la imaginación de los demás deje fluir y que cada uno pueda entrar en tu secreto, y desvelarlo o no..(:

Meri dijo...

Escribir es lo tuyo, (:

Increíble tu blog.

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