Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

Toma, alíñale!

domingo, 2 de enero de 2011 by Chio Eme
Supongo que hoy es uno de esos días especiales, mágicos, en los que el cuerpo entero te pide hacer una excepción. Más que una excepción, yo diría que se trata de una pausa, de un descanso. Si mi cabeza se materializara, hoy podría decir que la he observado irse de vacaciones a la playa; más concretamente, la he observado sentada en la orilla, en el rompeolas, perdiendo totalmente la noción del tiempo. Incluso se ha dejado caer por el chiringuito. Sólo en verano puede uno disfrutar tan a menudo de un buen espeto de sardinas y de una fría cocacola que, sin ninguna duda, nunca antes hasta ese momento había calmado tan bien la sed y el calor. 
Me pregunto si volverá mañana, a regañadientes, tirando la maleta por el cuarto y negándose a deshacerla, porque no quiera hacerse a la idea tan pronto de que el descanso ha terminado. Yo le diría, creo, "tranquila mujer, tienes licencia para todos los días que quieras, me las he apañado tan bien sin ti...". No te he dado el respiro yo, me lo has regalado tú a mí.
No sé si es que hay días que son mágicos porque sí y por norma, pero no fallan. La regalada sensación de que no importa lo mucho que la hayas cagado contigo misma o con los demás, pues se te brinda otra oportunidad más para relajarte y aceptarlo, y puedes aprovecharla a tope, a medias, o no aprovecharla, simplemente; si quieres te regañas, si no, bueno, es que has entendido por fin que no tienes por qué hacerlo. 
Haz lo que quieras, siempre, nunca dejes de hacerlo. Aunque sea la decimo octava vez que ves esa película, ese episodio, o la tercera vez que meriendas. Aunque ya tuvieras tu día perro ayer y hoy tampoco te apetezca salir, ¡pues no lo hagas! Aunque aún no hayas empezado a estudiar, uno trabaja mejor bajo presión y de ostias se aprende. Aunque tengas que limpiar el salón desde hace una semana y estés tan pancha en él, sabiendo que transmites la sensación de que te miras el ombligo un poco. Aunque te sientas tentada a hacer algo pero en el fondo sientas que no; pues no, si no te apetece sentirte un animal, no lo hagas. He aprendido pocas cosas este año, si es que las he aprendido, y mucho me temo que algunas son malas. Bueno, quizá no malas, pero sí poco generosas. 
Qué le pides al 2011... Valor, pensé primero, y lo mantengo. Que nunca falten agallas, las cook spunks, porque son el motor que tira del carro. Pero también le pido no ponerle yo demasiado la zancadilla a lo que venga, dejarlo suceder, porque quiero arrugas. Sí, arrugas en la cara, de las que te salen de reír, o de las que salen con el paso del tiempo. Son la prueba de que has vivido y reído, de que tienes una historia que contar o compartir.
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1 comentarios:

Víctor dijo...

Buenas Chio!!
Me parece muy buena la conclusión que haces, eso de pedirle valor a este nuevo año. Hace un tiempo leí una entrevista de Eduard Punset en la que afirmaba que "la felicidad es la ausencia de miedo". Yo no podría estar más de acuerdo, y supongo que para vencer el miedo que mejor que el valor. En mi caso, únicamente me he propuesto para el 2011 "ser menos vago" pero supongo que me sobrarán días para encontrar el valor, xD que nunca está de más.
Es un tema interesante este del valor...
Feliz Año!!! ^^

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