Que no me da la gana pasar media vida buscando esa frase que tal vez ni exista - Extremoduro.

Are we human or are we dancers?

lunes, 26 de julio de 2010 by Chio Eme
No entiendo cómo un día puede gustarte el calor y, después de pasar unos días preguntándote si eres más bien fría, pasar de repente a gustarte el frío. Muchas veces creo que basta con que me plantee algo para, pasado un tiempo, acabar creyendo en ello. Creo que la cuestión radica en la curiosidad que provoca lo desconocido. O en la empatía, quién sabe.
Vives pensando que no eres una persona depresiva, sino más bien estable, calmada y flexible. Y por eso mismo, de buenas a primeras, te encuentras dos días encerrada en tu casa intentando juntas fuerzas para salir a la calle... ¿y por qué? Ni siquiera sabes el motivo por el que estás por los suelos, y acabas remitiendo todo tu odio a ti mismo. Desde luego el estado de ánimo es como un ciclo, o mejor dicho, como una cadena, un círculo, la pescadilla que se muerde la cola. Un día te levantas con el buen pie, y se te nubla el juicio y olvidas que tu buen humor es pasajero, que no todos los días te resultarán tan fáciles como ése... Igual ocurre con los malos días; todo sería más sencillo si nos acordáramos de que el mal humor también se irá.
Llego a pensar que lo mismo ocurre con los sentimientos... Un día lo tienes tan claro, ves con tanta nitidez la naturaleza de lo que sientes hacia alguien que de repente se te olvida lo que son las dudas... y sin embargo, nada más proclamarlo con voz firme y alta, comienzan a asaltarte. Nunca me ha gustado decir claramente lo que siento porque creo que cuando lo materializo en palabras se hace realidad. De mientras me gusta darle esquinazo, pensar que es un rumor pasajero, que igual que coló por una ventana, también sabrá salir por otra.
Soy inconstante, indecisa, insegura... Pero porque no me parece que haya un supuesto al que podamos aferrarnos completamente; hay pequeñas marcas que iluminan y guían nuestro caminar, pero bien sabemos que hasta las señales de las carreteras se acaban borrando, volando, deteriorando... Todo pasa y todo queda. Véase si no el famoso principio de incertidumbre... Y creo que ésa es precisamente la gracia de las cosas... que cambien, que se muevan, ¿si no cómo iba a avanzar la historia?
Por suerte o por desgracia, también los sentimientos cambian. Se transforman, como todo, es decir, no desaparecen. Me gusta pensar que, aunque distintos, siguen ahí; que hace falta algo más que el transcurrir del tiempo para desgastarlos, algo más que la rutina para emborronarlos, y algo más fuerte que el miedo y la desconfianza para eliminarlos, aunque los debiliten. Si el miedo y la desconfianza fueran suficiente arma para matarlos, al terminar una relación sería fácil superar una ruptura, pero no lo es; la mayoría de las veces las relaciones no acaban porque "se hayan acabado" los sentimientos.
Aún sigo soñando con el día que pueda proclamar a los cuatro vientos y sin miedo que por fin poseo la certeza que sólo se presenta una vez en la vida.
Posted in Etiquetas: | 0 Comments »

0 comentarios:

Publicar un comentario

ADD THE SLIDER CODE HERE