Unas manos que se cruzan, que entrelazan los dedos. Grandes sonrisas y amables palabras para cubrir las inevitables intenciones. Saberlo todo y hacer oídos sordos a ello. Cuando un ojo te mira, te habla y te transmite confianza o seguridad, te quedas quieta, sin querer, a la espera de que esos ojos sean sinceros, dentro de toda la sinceridad que se puede esperar de alguien que no conoces, que no te debe nada. No puedo entender el darlo todo en un momento y al día siguiente levantarte con nada en los bolsillos, si acaso sólo arena, una arena que cuesta arrancarse de la ropa y de la piel, que permanece ahí para recordarte que ya no eres tan niño/a como antes.
La inocencia, ¿es una virtud o un defecto? La inocencia se desgasta poco a poco según vamos haciéndola pedazos y desperdigándola por el suelo. La inocencia se pierde en el instante en el que uno decide dejarse llevar. Pero sigo sin entender cómo se comparten momentos tan cercanos y cómo ese contacto es sustituido al poco por una distancia enorme, que no es distancia, sino indiferencia. Una deliberada y voluntaria indiferencia.
A veces siento que tenemos el corazón fragmentado en mil pedazos, tan pequeños e invisibles como átomos, y que vamos haciendo uso de ellos como si se tratara de toallitas de usar y tirar. Pero, ¡cuidado! El paquete de toallitas siempre se acaba gastando, ¿no? ¿y sabe alguien dónde comprar un corazón nuevo cuando el tuyo ya está totalmente oxidado y roto?
No todo es tan extremo ni radical, siempre existen los malditos puntos medios. Esos que nos llevan a cometer locuras que luego pasamos a llamar "experiencias", para sentirmos más realizados. La experiencia está genial, no está en absoluto de más, pero hay que tener mucho, mucho cuidado, con saber dónde dejar uno de esos fragmentos cardíacos. Supongo que se aprende con el tiempo. Supongo que no es nada fácil distinguir emoción de sentimiento, cariño de pasión, dulzura de cortesía o cotidiano de extraordinario.
Pese a todo, las drogas no son malas, en sí, es decir, nos proporcionan sensaciones de lo más agradables, lo que pesa al acabarse el efecto de éstas es la resaca. Ése, ése es el problema. La marca, la consecuencia, la rayada o la dicha, a veces la resaca nos trae un poco de todo: recuerdos buenos, geniales o medianamente jodidos.
semillas amarillas, semillas rotas de nuevo.
Hace 6 años
2 comentarios:
Romperse,gastar,tirar,usar trozos de ese pequeño corazón nunca esta demás yo creo que nunca llega a rommperse del todo,y menos a esta edad,todo sirve como aprendizaje.
El corazón se romperá cuando el amor de tu vida sufra un paro cardíaco y no vuelvas a verlo mas,o cuando éste te abandone por otra de la que se ha dado cuenta que esta enamorado porque despues de 8 años descubre que no te quería como la quiere a ella...
Ahora mismo chica hay que disfrutar para evitar sufrir todos esos daños no crees? Tenemos mucho corazón y esta joven cuidemoslo pero dandole alguna que otra alegría :)
te quiero me ha venido un subidon de los tuyos
Primero, pienso que la inocencia es totalmente una virtud, siempre que esté compartida con el instinto, en casi todos los contextos.
Aparte, el corazón está fragmentado en miles de fibras, y cada vez que las rompes se fortalecen y se hacen más fuertes y grandes, (como un hueso que si se parte, jamás romperá por el mismo sitio) asi que no te preocupes por buscar un corazón nuevo, el que tenemos está bien construido.
Y por último, creo cómo tú que las drogas no son malas, son un regalo de la naturaleza, la adicción es el problema. Pero entonces podriamos meter en el mismo parámetro al amor,
que también es adicción y necesidad. Asi que a lo mejor la culpa de todo la tiene la arena de la que hablas al principio, que en vez de en tus bolsillos, está en tus ventrículos.
Y otra cosa, la dulzura de la cortesía se puede diferenciar con un roce de las manos.
Siento mis rayadas de madrugada, un saludo chio ;)
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